miércoles, 20 de mayo de 2020

EL MERCADO DE LA GRAN TENOCHTITLÁN

El antecedente de la Central de Abasto de la Ciudad de México data de hace casi 600 años y tiene su origen en el antiguo Mercado el “gran Tlanechicoloyan”, lugar donde se reunían las cosas, almacenando alimentos, animales, objetos y una gran diversidad de productos.


Este destacado centro comercial prehispánico estuvo ubicado en Tlatelolco, ciudad fundada en 1338 por los tlatelolcas, tribu mexica que se separó de los tenochcas, fundadores de Tenochtitlan y estaba situada en un islote al norte de esta ciudad dentro del lago de Texcoco.

Su tianguis era el corazón de un hormiguero multiétnico, un centro de reunión e intercambio cultural al que comerciantes -conocidos como pochtecas- provenientes de toda la geografía mesoamericana e individuos, especializados en el comercio a larga distancia entre las distintas regiones que integraban el imperio mexica, e incluso más allá de sus fronteras, acudían a vender sus mercancías, así como a comunicar noticias recogidas durante sus largos trayectos. Esto incluía la información militar, ya que frecuentemente los comerciantes desempeñaban las funciones de embajadores, emisarios e incluso espías, que describían los ricos territorios que fueran propicios para futuras guerras de conquista.

El mercado de la gran Tenochtitlan - Somos Hermanos

El gran tianguis de Tlatelolco se ubicaba al suroeste del área que conocemos como el Templo Mayor de la ciudad; operaba en un gran espacio al aire libre donde se reunían compradores y vendedores; habían alrededor numerosas habitaciones que eran utilizadas como bodegas y depósitos, siendo considerado el modelo prototipo de mercado en Mesoamérica.

Su fama deriva de la gran impresión que dejó en los conquistadores españoles, quienes le consignaron en sus crónicas. Cuando los españoles llegaron a la cuenca del Valle de México en 1520, Tlatelolco era el eje del comercio y la economía en el Anáhuac por encontrarse en los linderos de la ciudad de México-Tenochtitlán.

El mercado de la gran Tenochtitlan – Origen e historia de la ...

Según los textos que retratan aquel mercado, éste fue de enormes dimensiones, pues a él acudieron miles de personas. A decir de Francisco Cervantes de Salazar asistían diariamente unas 30,000; según Hernán Cortés unas 60,000 y según Alonso de Zuazo hasta unas 80,000. Bernal Díaz del Castillo aseguraba que “solamente el rumor y zumbido de las voces y palabras que allí había sonaba más que de una legua”.

En este mercado las transacciones comerciales se hacían mediante el trueque. Se podía intercambiar producto por producto, o bien, cuando se trataba de productos de gran valor se cambiaban por cacao, cañones de pluma de ave llenos de oro en polvo, navajas en forma de media luna que se labraban con finas hojas de cobre martilleado (hachuelas de cobre) y algunas telas que servían de moneda.

Los Alfareros de Tenochtitlán - TuriMexico

Lo que permitió el uso del cacao como moneda fue que se podía fraccionar y transportar fácilmente, así como conservar y almacenar. No todos podían tener acceso a él, debido a que su plantación y almacenaje estaban a cargo de la nobleza. Los sitios donde se almacenaban se denominaban “Casas del Cacao”.

Las negociaciones estuvieron mediadas por leyes comerciales verificadas por tribunales establecidos entre los vendedores, con la finalidad de impartir justicia y también velando porque los productos —sobre todo los alimenticios— tuvieran la higiene necesaria y que los puestos estuvieran perfectamente ordenados conforme a los productos que se intercambiaban. Todo bajo la creencia compartida en una deidad denominada Yacatecuhtli, dios del comercio, patrón de los mercaderes y del intercambio, especialmente de los viajes comerciales.

Organización del mercado
El mercado estaba dispuesto según el tipo de producto a ofrecer. Por un lado estaban los vendedores de animales, quienes ofrecían xoloitzcuintles, conejos, mapaches, armadillos, tejones y tortugas; mientras que otros vendían pájaros con plumajes de gran colorido; allí también podían obtenerse aves de rapiña, serpientes y carne de venado, siempre presente en los banquetes de la nobleza.

En otra sección del mercado estaban los puestos de comida preparada, donde las cocineras preparaban las nutritivas tortillas que acompañaban los quesos con frijoles y chile; ellas ofrecían además tamales y atole, así como ricos tlacoyos rellenos de haba y frijol.

El mercado de la gran Tenochtitlan - Somos Hermanos

Traídos de las costas, los pescados eran ofrecidos sobre hojas de palma que los mantenían frescos; conocido es, a través de la crónicas, el gusto que Moctezuma tenía por este tipo de alimento, el cual llegaba diariamente a su mesa.

Había en el mercado gente dedicada al transporte de mercancías, eran los tamemes o cargadores, quienes realizaban su pesada labor sosteniendo sobre sus espaldas el cargamento, ayudados de cestas y costales.

Había comerciantes especializados en la cerámica, tanto de uso cotidiano, como de uso suntuario, exclusiva para las mesas de los nobles, destacando los recipientes que procedían de Texcoco, decoradas con llamativos dibujos sobre pintura roja muy pulida, y las vasijas policromas de Cholula, de la región tlaxcalteca y de la mixteca.

En cuanto a los textiles, éstos se tejían en telares de cintura, y en el mercado se ofrecían, principalmente, aquellos trabajados con hilo de algodón, a los que se agregaban, entretejidos, cuentas de jade, caracolillos, plumas y piel de conejo. Con estos textiles se confeccionaba la vestimenta de los habitantes de Tenochtitlan y Tlatelolco, el quechquémitl (prenda que cubre la parte superior del cuerpo), el huipil (blusa o vestido adornado) y el enredo o falda -para las mujeres- y el máxtlatl (taparrabos) y la tilma (prenda usada en el frente como un delantal largo) -para los varones-.

L53 

El mercado de Tlatelolco tenía una sección, en su parte central, dedicada a la venta de artículos que solo los nobles o pipiltin (señores importantes entre los mexicas, como los sacerdotes, los militares y los funcionarios de gobierno) podían adquirir; allí se ofrecían los cactli o sandalias, que daban identidad jerárquica, siendo ésta la primera indicación que diferenciaba a un pipiltin de un macehualtin (clase social que estaba por encima de los esclavos y debajo de los macehallin o nobles).

El mercado tenía sus propios gobernantes, quienes fungían a su vez como los jueces supremos que cuidaban del buen funcionamiento de la institución. Bajo su mando estaban los guardianes del orden. Guerreros pochtecas que se identificaban por sus peinados, sus vestimentas y su elegante abanico. Ellos eran los únicos que podían deambular por el mercado con sus armas.

El mercado de Tlatelolco fue visitado por Hernán Cortés poco antes de la guerra de conquista. En el sitio tuvo lugar la última y decisiva batalla contra los mexicas el 13 de agosto de 1521, cuando fue derrotado Cuauhtémoc y obligado a capitular ante Cortés. El cronista Bernal Díaz del Castillo describe la matanza de mexicas: “…ese día fue tan sangriento que era imposible caminar por el lugar debido a la cantidad de cadáveres apilados». Se estima que más de 40.000 indígenas fueron asesinados ese día.”


La caída de Tlatelolco marcó el fin del más importante Imperio mesoamericano.

LA GRAN TENOCHTITLÁN, VENECIA DEL NUEVO MUNDO

La capital del Imperio Mexica fue Tenochtitlán. El Imperio Mexica (o azteca) formado por el pueblo nahua llegó a ser uno de los Estados más grandes y con mayor fuerza política de Mesoamérica alrededor del siglo XV.



Ubicación de Tenochtitlan dentro del lago Texcoco.
El desarrollo cultural de los mexicas era elevado y complejo, así como su organización social. Políticamente llegaron a someter a diversas poblaciones indígenas. Las conquistas imperiales de los mexicas no perseguían fines meramente utilitarios, sino que mantenían cierto carácter ceremonial y religioso. Los mecanismos principales de relación económica con los territorios periféricos eran sistemas de intercambio comercial y tributario.


Regiones sometidas tributariamente a los mexicas.
La ubicación de México-Tenochtitlán era un islote dentro del Lago de Texcoco. Este lago pertenece a un sistema lacustre del valle de México, el cual se encuentra en progresiva desaparición. Construcciones humanas de drenaje han hecho desaparecer buena parte de la masa de agua del Texcoco.


La construcción de edificios requirió de ingenio por parte de los mexicas, puesto que el suelo del islote hacía que se hundiese cualquier construcción. Idearon un sistema de cimentación por el que colocaban estacas de cinco metros de altura y diez centímetros de diámetro en el espacio en el que el edificio sería construido. Las estacas quedaban cubiertas en su totalidad, menos una parte que era envuelta con una mezcla de tezontle. Las estacas clavadas llegaban a un suelo más estable y fijo, de modo que conseguían dotar de estabilidad a la base del edificio.

Templo Mayor en ruinas. Plaza del Zócalo al fondo.
En la ciudad de Tenochtitlán se erigían alrededor de cincuenta edificios de gran tamaño y gran cantidad de casas de un piso de altura. Vías anchas y largas atravesaban la ciudad y cruzaban el agua hasta llegar a tierra. Las calzadas principales eran: la calzada de Tepeyacac en el norte, la calzada de Tlacopan o Tacuba en el oeste y la calzada de Ixtapalapan en el sur. También eran importantes la calzada de Nonoalco y la calzada de Tenayocan.

 
Traza de Tenochtitlán sobre Ciudad de México actual. Tomás Filsinger.

Las calles eran estructuras elevadas artificialmente, las cuales tenían una anchura de quince metros aproximadamente. Las calzadas se hacían con arcilla, piedra, argamasa y plantas lacustres. Su construcción se empezaba clavando las estacas de cinco metros (mencionadas anteriormente) a lo largo de las líneas por las que se iban a situar los límites de la calzada. A continuación, se rellenaba el espacio comprendido con materiales como el basalto, el tezontle o una mezcla de cal caliente. Por último se compactaba el relleno y se aplanaba para originar una superficie resistente y recta. Los recintos que se construían eran de forma rectangular. Además, dejaban trechos entre los tramos de la extensión lineal para posibilitar el paso de las canoas por los canales, en los cuales se instalaban plataformas normalmente de madera que se podían mover. Este mecanismo también servía como defensa contra los enemigos, pues podían cortarles el paso.

 
Ubicación del Templo Mayor de Tenochtitlán en la Plaza del Zócalo de Ciudad de México actual.

Ilustración del aspecto que tuvo México-Tenochtitlán.
El pueblo de México-Tenochtitlán era pulcro y preocupado por el orden. Los residuos, desperdicios y excrementos eran constantemente recogidos y aprovechados para otras ocupaciones. El lavado de la ropa y el aseo personal eran incesantes. Se usaban raíces de diversas plantas para la higiene, y se bañaban dos veces al día por costumbre. Asimismo, el mantenimiento de la simetría urbana estaba a cargo de una persona: el calmimilócatl.

La tecnología hidráulica era imprescindible para los mexicas de Tenochtitlán. Desarrollaron técnicas y mecanismos elaborados para aprovechar los recursos hidráulicos y lograr el abastecimiento de agua dulce. Construyeron acueductos, diques, presas, sistemas de riego, depósitos pluviales, canales, chinampas para el cultivo, etc.

Representación de la conquista de Tenochtitlán.

Ubicación del Templo Mayor de Tenochtitlán en la Plaza del Zócalo de Ciudad de México actual.
En el estudio de la fundación de México-Tenochtitlán se mezclan los relatos míticos de los documentos históricos con evidencias arqueológicas cuya continua novedad nos obliga a renovar las ideas sobre este suceso. Por lo tanto, hay que aclarar que la precisión exacta de los sucesos relativos a la fundación de la ciudad es difícil y tentativa. La fecha comúnmente aceptada es el año 1325. Dicha fecha es la que corresponde a la señalada por los indígenas tras la caída de Tenochtitlán. Sin embargo, debido a hallazgos de piezas de cerámica previas al siglo XIII en el espacio del Templo Mayor, se entiende que el islote ya estaba habitado con anterioridad a 1325.

Conjunto de templos.
La llamada Noche Triste fue el ataque sorpresa de los mexicas a los españoles el día 30 de junio de 1520. Cuitláhuac, quien fue elegido tlatoani tras Moctezuma Xocoyotzin, reorganizó el ejército para expulsar a los españoles. Las fuerzas de Cuitláhuac derrotaron a los españoles en uno de los puentes de Tenochtitlán, causando graves bajas y pérdidas importantes del oro incautado. La leyenda cuenta que Hernán Cortés lloró por los sucesos al pie de un árbol, de ahí el nombre del acontecimiento.


Representación de la conquista de Tenochtitlán.
La consolidación de México-Tenochtitlán como capital del imperio mexica pasa por los gobiernos de tres tlatoani principalmente. Con el primer tlatoani de Tenochtitlán, Itzcóatl, empieza la conquista de pueblos próximos y se forma la Triple Alianza. Con Moctezuma Ilhuicamina el Grande se expanden considerablemente los territorios conquistados, los cuales llegaron hasta el centro y el sur de México (tal como lo conocemos ahora) con Ahuízotl. El poder y la importancia de México-Tenochtitlán igualaban o superaban a las ciudades más influyentes del mundo de la época.


Mapa de Tenochtitlan elaborado por Alonso de Santa Cruz